No es novedad que las nuevas tecnologías dinamizan la transmisión de información a través de dispositivos de uso personal, como notebooks, tablets y smartphones, entre otros.
Muchos gobiernos ya han implementado aplicaciones y programas para liberar datos de su administración pública hacia toda la ciudadanía a través de las redes. Y lo hacen abogando por la transparencia, la colaboración y la participación que quieren darle a su gestión.
Esta filosofía se llama open data o datos abiertos y sigue los lineamientos de otros movimientos como el software libre, el código abierto y el acceso abierto.
Ventajas para gobiernos y ciudadanos
La filosofía de datos abiertos implica el ideal de que la información debe ser libre para que pueda ser reutilizada y redifundida por terceros con nuevos propósitos.
La divulgación de esta información sirve a valores democráticos, desde la visibilización de la toma de decisiones en cuanto a rendición de cuentas, hasta la posibilidad de participación de la ciudadanía en la toma de decisiones gubernamentales.
Esta doctrina política lleva el nombre de open government o gobierno abierto y su potencial es principalmente colaborativo, ya que también reside en lograr explotar la creatividad, capacidad de innovación y resolución de problemas de cada uno de los ciudadanos.
Cada vez más gobiernos buscan simplificar la experiencia urbana de sus ciudadanos a través de softwares gratuitos, accesibles para personas con capacidades diferentes. Otra iniciativa en crecimiento es la de armar apps para el acceso igualitario a la cultura, historia y patrimonio nacionales, provinciales y locales. Un ejemplo de lo que estamos hablando es el portal Buenos Aires Data.
Por último, hay que destacar que las aplicaciones móviles que se instalan en celulares y tablets son las grandes aliadas de esta liberación y manipulación de datos públicos, gracias al creciente uso de estas tecnologías para múltiples propósitos de la vida diaria urbana.