¡Estamos de estreno! Después de un tiempo de desarrollo, llegó la hora de la implementación: mejoramos nuestra identidad visual y ello impacta directamente en nuestros canales de comunicación y piezas de diseño.
¿Por qué cambiar el diseño de una identidad?
“Si no está roto no lo arregles” reza la frase; esta máxima no debe aplicar a las identidades gráficas, que son elementos que van más allá de lo que es simplemente aceptable o satisfactorio: están asociados directamente a la imagen de una empresa, a sus valores y a sus actividades. Se ajustan a un contexto, funcionan en distintos soportes a lo largo del tiempo y esto demanda una constante adaptación.
Son muchos los factores que determinan su conformación pero, en síntesis, las empresas avanzan, los contextos cambian y junto con ello sus identidades también evolucionan.
Syloper no es una excepción a esta regla: desde su creación en 2009 su identidad fue pasando por distintas instancias gráficas, y en ocasión del nuevo diseño que estamos implementando, repasamos sus etapas:
¿Qué aspectos mejoramos en esta última entrega?
Ajustes en la morfología
Si bien mantuvimos los elementos que la conforman, hicimos algunos cambios en la parte isotípica, en algunos de sus detalles y terminaciones; esto nos llevó a explorar tipografías, en busca de una que conviva mejor con el símbolo y que contenga ciertas características que la hagan más idónea en términos funcionales para usarse como logotipo. Nuestra elección culminó apuntando a una fuente de trazos fuertes aunque blanda en sus aristas, óptima para display y para su disposición en todos los soportes en los que debe aplicarse.
Ajustes en el plan cromático
Si bien el cambio es sutil, se ajustó el esquema de colores que compone la identidad. De esta forma logramos un approach más moderno y junto con otras modificaciones, cerramos el concepto gráfico que aúna a la identidad de una forma más íntegra. Esto a su vez, aplica también a las distintas piezas de comunicación visual de la empresa, por lo que disponemos también de nuevas y más posibilidades creativas para diseñarlas.
Rango más amplio de legibilidad o visibilidad
Una de las propiedades que apuntamos a mejorar es la legibilidad de la marca: son muy variados los soportes en los que debe mostrarse y es importante tener control sobre cómo se ve y cómo se lee la marca en todas sus variantes. En este aspecto fueron cruciales los ajustes que se realizaron en la forma del símbolo y en la selección de la tipografía que decidimos usar.
Valor estético
¡Todo lo anterior no tiene razón de ser si la nueva marca no se ve mejor que la que le precede! Es por eso que en el desarrollo se tomaron los recaudos para que cada paso dado apunte a un resultado estético que sobrepase la identidad existente.
Normalización
Aparte del desarrollo pertinente y de los argumentos que sostienen al nuevo diseño, se generó una serie de pautas que determinan su uso. Esto es muy importante para preservar los valores y atributos de la marca, así como otorgarle consistencia a la identidad que representa nada menos que nuestro trabajo.